Ahora sí sé que todos esos días, horas, incluso minutos han muerto. Te esperé en el mismo sueño de siempre,pero llegaste tarde.
Quince pasos del pasillo hacia tu cama y ni siquiera te volví a encontrar allí, quieto, esperándome... Tanto a mi, como a una simple llamada mía. O quizás tuya. Ya no había nada. Ya, no quedaba nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario