lunes, 2 de septiembre de 2013

Distancias que dan asco.

El hecho de querer a alguien a kilómetros de ti siempre me pareció gracioso. ¿A quién le gusta estar tan lejos de una persona a la que no puede abrazar en un mal día? Para lo único que sirven es para ahogarse, poco a poco, día tras día, en uno mismo... Es como chocarse contra una pared que sabes que está ahí, que sabes que el golpe va a doler, pero tú sigues, tú avanzas. Te chocas. Y no importa.
El poder del amor lo puede todo, puede hasta con las dudas, con las incertidumbres. Puede hasta contigo. Llegando al punto de que tu vida consiste en esperar, ¿a qué? Te preguntarás, pero eso no lo sabe nadie. Esperas y esperas, a un reencuentro, a una despedida. Simplemente esperas. Y eso es lo peor de todo. Esperar...

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