viernes, 20 de abril de 2012

Lo difícil de las cosas

Todo sería diferente si tú estuvieras aquí. Trato de imaginar cada paso, cada beso, cómo sería cada risa. O cada llegada a mi casa aunque viviera lejos. Cómo sería estar 2 horas de las 24 del día contigo. Cómo serían esos escalofríos que recorriesen cada parte de mi. Cómo sería la despedida, o incluso la llegada. Si llegarías temprano por estar impacientado o tarde por ser tan patoso. Cómo sería hablar contigo por teléfono para calmar las horas muertas de aburrimiento. O verte cómo no puedes parar de reír porque me fui tropezando. Las cosas son siempre diferentes a como nos las imaginamos, quizás más bonitas, o quizás todo lo que tenías pensado decir no pega en ese momento y te lo tengas que guardar para luego imaginarlo de nuevo. Cuánto menos buscamos, más encontramos. Y cuanto más difícil nos es conseguir algo, más lo queremos. Parece que vamos al contrario de las agujas del reloj, y que nos gusta más dejarnos los sexos en algo, antes que tener algo fácil para luego aburrirnos. Quizás por esa misma teoría todo lo que imagino se quedará en pasatiempos felices que retuve yo sola. Pero por tal causa, me despierto sabiendo que por algo sonrío cada día.

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