sábado, 14 de abril de 2012

Porque el infinito contigo, me sabe a poco




Como un suspiro después de toda una tarde llena de palabras sin ningún significado, planificadas, ordenadas adecuadamente en tu cabeza para un simple examen. Como la cafetería por la que pasas de frente cuando vas en el bus y por fin entras a comprarte algo dándote igual el dinero que gastes mientras te puedas quitar el gusanillo. Como cuando el agua te sabe a poco, y que mejor que un buen chupito para calentarse el cuerpo. Como cuando te delatas por contarle que desayunaste un paquete de palomitas y él, te admite que comió un bocadillo de fue sin venir a cuento. Como cuando dices cosas sin sentido porque no quieres que acabe ahí. Como besos en el cuello. Ese extraño escalofrío por las piernas que sube a todo tu cuerpo, acompañado de un grito mordiéndote el labio para que no lo escuche. Como un silencio incómodo solucionado por el crack de una patata. Como las cosas inesperadas que hacen que lo esperado sea aburrido. Y por eso me gustas tú, porque fuiste algo inesperado, algo, que yo no buscaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario