lunes, 13 de agosto de 2012

Solo dejo que te rindas si no encuentras ningún motivo por el que hacerlo.

Un pequeño foco que alumbra todo mi cuarto. Y es que no quiero sentir que todo me persigue, bueno... Solo dejo que lo hagas tú.
Haber, quiero encontrarte, así que juguemos a un juego. Si me encuentras te doy un beso... Por cierto estoy en el armario. Sí, sí... Se te da muy bien evitar mis besos para acabar mordiéndome embobado. La verdad, es que me da a mi que tienes el poder de adelantar el tiempo, pero es que cuando estoy contigo solo quiero retrocederlo, ¿no acabas de entenderlo?




¿Que no hay amaneceres juntos? Da igual, simulémoslo nosotros aquí. Tú, baja la persiana, que ya pongo yo cara de recién levantada. Solo que tú, ya pones el desayuno de besos encima de la cama, ¿eh?

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